Lo integran una docena de miembros de la comunidad bajo la presidencia del rector,
quien es asesorado en la marcha conjunta
de la parroquia. Cada consejero representa un ámbito pastoral.
Las decisiones no son vinculantes y este consejo facilita que la parroquia camine de forma armonizada sin marginar ninguna actividad pastoral. Se convoca cada trimestre.
Se convoca al final de cada trimestre y lo forman tres feligreses con cierta cultura de contabilidad. Ayudan al rector a elaborar las engorrosas cuentas anuales que deben ser presentadas a la curia. Dan su opinión a obras de conservación y mejora aportando criterio al rector para una prudente realización.